Paris, la ciudad
luz
Dos días después
de mi cumpleaños llegamos a Paris en autobús, porque nuestro vuelo era hasta el
aeropuerto de Beauvais, ciudad
cerquita de allí. La primera visión que tuve fue de un centro comercial, con
tiendas de lujo famosas. ¡Que ganas de comprar! Yo estaba con mi amiga y
compañera de viaje Taynan. Hacer la primera ruta para llegar hasta el hostal ya
fue difícil, pues eran muchas personas juntas y perdidas en la misma estación
de metro. Taynan también estaba nerviosa, pues no habíamos pensado en la ruta
antes y seria mi primera vez hablando francés o inglés después de mucho tiempo.
Nuestra buena suerte fue que mi inglés salió fluido. Luego cuando llegamos
hemos visto que mismo que yo intentara hablar francés, los parisinos me
contestaban en inglés. Es equívoca la idea de que a los franceses no les gusta
hablar otros idiomas, pues han hablado inglés en restaurantes, tiendas, hasta
en la calle. Ellos son muy bien educados, pero si hablas francés con un acento
diferente ellos repiten para corregirte. Jaja…
En el primer día
almorzamos en una pizzería cuyo dueño vestía una camisa de la selección
brasileña de futbol, coincidencia… Empecé en una situación graciosa, estuve detenida
en el aseo, creo que todos en el restaurante se han enterado de lo que me
ocurrió. Taynan tuvo que comunicarse a través de la mímica con el dueño y
traducir para mí como abrir la puerta… ¡fue muy gracioso! Salimos de allí, con
mucha vergüenza, para caminar por Paris. Comenzamos por los puntos más cerca,
Monumento a la Bastilla, la Catedral de Notre Dame, que tiene muchas
tiendas de recuerdos baratas cerca, el Panteon,
con los edificios ligados a la justicia y la Iglesia de Saint Etiène, el Jardin du Luxembourg, lindo, y terminamos en la
preciosa Torre Eiffel. Nos pusimos agotadas, no solamente por la 5 horas de
caminada, pero también porque estábamos 2 noches sin dormir bien, la noche de
mi cumple (que casi no me desperté para el viaje) y la noche del aeropuerto.
Cuando llegué a la habitación me duché y dormí como una piedra.
El resultado del
primer día fue muy positivo, pues conocimos algunos sitios menos visitados, las
calles, las tiendas, los cafés y las personas. El según día sería dedicado a
los museos Louvre y D’Orsay. Pero antes, fuimos al Arco de
Triunfo que abre la Champs Elisèes,
avenida linda llena de las tiendas más ricas, con responsables de la seguridad
en cada puerta y seguimos para la Torre Eiffel, ¡si! fuimos allí otra vez, la
hemos visto de varios ángulos. En el camino pasamos por el Museo de Arte Contemporánea
y por una pista de correr. El mapa de turistas era nuestro mejor amigo, andar a
pie es la mejor manera de ubicarse en una ciudad. Paris es una ciudad muy
grande, entonces, no es posible llegar a todos los sitios a pie, con poco tiempo
que teníamos realmente no es posible. El metro de Paris es uno de los mejores
que he visto en Europa, el más eficiente.
Después de la
Torre fuimos al Louvre, nos quedamos 5 horas desbravando el museo. Lo que más
me gustó allí fueron esculturas renacentistas y las cosas de Egipto. Hay
también mosaicos romanos, y cosas de culturas africanas y asiáticas, la
Gioconda y las habitaciones de Napoleón. Lo que hay de pintura renacentista no
fue tan especial para mí. Los jardines del Louvre son lindos y la noria también,
está delante de él, la vemos de varios puntos de la ciudad. Pasamos por el Musée D’Orsay, sin tiempo de entrar,
triste porque es el museo con más obras francesas del periodo del impresionismo
y posimpresionismo, que es increíble. Paris, me suena como la ciudad con más
actividades culturales, teatrales, musicales, cinematográficas que he ido, hay
muchos carteles, outdoors…
Seguimos para el
camino de la Ópera de Paris, y entramos en una tienda de Ballet que no hay en
Brasil, Repetto, he comprado cosas y
la chica que estaba trabajando era bailarina, charlamos bien… Solamente nos
faltó conocer las luces de la ciudad por la noche.
Para mí, Paris
es especial por su historia, por el idioma bello. Hay suciedad, pobreza,
embotellamiento, problemas que existen en todas las grandes ciudades. Fue
difícil hablar el francés, pero he intentado. Ellos hablan un “R” fuerte y no
comprenden si hablamos con un acento diferente. Fue bueno para recordarme del
idioma, no me acordaba de unas cosas de la pronunciación. Fue un grande sueño
realizado estar en Paris, yo y Taynan estábamos muy felices, radiantes. Mi mamá
decía que estábamos lindas en las fotos, quizá, estábamos mismo, por la
felicidad de estar allí, pues no nos hemos
arreglado mucho y estábamos agotadas.
Notre Dame (detrás) Foto Rosamarina Quadros
Jardin du Luxembourg
Texto de
Rosamarina Quadros
Estudiante de
Historia del Arte
25/09/2016